Mi peor momento fue aquel cuando me drogaba y pasaba solo, cuando me era imposible discernir entre realidad y lo que no, cuando era incapaz de escribir dos oraciones consecutivas y coherentes.
Mi mejor momento como artista fue aquel cuando me drogaba con todo lo que hubiese y pasaba solo, cuando me encontraba tan bien que sabía perfectamente que vivía en el alucine y que mi peor momento lo había pasado cuando me drogaba frente al espejo.