corto

Corre velocísimo, como gacela, escapando de atléticos policías, destino al bar de un conocido.

El bar es sucio y descuidado. El baño no sortea controles bromatológicos. El conocido es sucio, descuidado, muy hospitalario.

Ávida de refresco va al baño, ni bien entra al lugar, luego de haber tirado el arma blanca.

Abre la puerta y el olor la tumba. robar tierra de macetas

Cae desplomada al lado de una tumba. Tiene su nombre escrito.

El conocido la anima. Le ofrece un vaso con agua.

Ella lo toma. Con la mano, y se clava un rápido fondo blanco. manguear una sábana blanca para hacerla fondo

Le ofrece otro.

Lo acepta. Se enjuaga las manos y toma el agua.

Se sientan en una mesa. Él en cuclillas. Ella, como elongando abductores. la mujer que está lavando el piso debe ser blanca y grotesca

Ninguno habla. Ninguno se mueve. Hay tensión. La mesa es estrechísima.

Sudan ambos. Ella más porque ya venía. La mente se nubla. expropiar una bandera de Sudán para poner sobre la mesa de al lado. robar nubes

Al conocido se le cae una idea.

Toma un picahielo de la mesa contigua, para romper el hielo.

Ella se asusta mucho, mucho. Alza ambos brazos.

El conocido respira, se desvanece y cae, sobre el piso húmedo.

Su nuca se escracha contra el borde del balde.

La limpiadora detiene su tarea. Observa lo ocurrido y posa una mirada brava sobre la mujer.

Aprieta sus manos. Firme, sobre el lampazo.

Limpia la sangre derramada. despojar a un homeless de una salsa de tomate para hacer la sangre de Ramad Al-Llubai, el conocido

Suelta el lampazo. Toma el picahielo del piso.

Enajenada se lanza contra Ella.

Resbala con el agua que había caído del balde.

Su cabeza parte un adoquín. pedir para hacer una llamada a las veintiséis ferreterías más conocidas

Llegan dos policías al bar. Exhaustos. ataviados con indumentaria de atleta

Los shorts de ambos están cubiertos de sangre en sus partes delanteras.

Las pistolas brillan por su ausencia. comprar ausencia para hacer el brillo.