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Qué divino venir al Centro Estudios de Castellano. Las profesoras son adorables, los compañeros no tanto. La cuota es bastante cara pero la educación no tiene precio, y mamá siempre paga en fecha. Por algo se habla el castellano en el mundo tres. Si nos llevan dos mundos de ventaja, ¿por qué cobrarían menos?
No se me ocurre nada. Ya sé.
Aunque no parezca, esta es una historia de suspenso y por eso se titula "Puntos Suspensivos". Quizás usted no lo haya notado porque lo escribí con puntos suspensivos. Me pareció más ocurrente.
Mis rivales son la originalidad y el tiempo. Mi aliada, la experiencia. Es la cuarta vez en dos semanas que nos pide la redacción de mínimo ciento cincuenta palabras en diez minutos. Siempre hice lo mínimo indispensable. ¿Cuánto queda? No sé.
Los taco aguja. ¡Ahí viene! La puta madre, tengo que contar. Dos sesenta ciento veintinueve. Listo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ignacio nicolas a tomar la leche, creo que no lo entendi